Qué es “ciencia ciudadana”
La Ciencia Ciudadana o demociencia (democracia científica), es una manera de producir nuevo conocimiento científico a través de un proyecto estructurado de investigación colectiva, participativa y abierta. Empuja al conocimiento científico más allá de las fronteras del laboratorio o el trabajo de campo tradicional. Se trata de promover proyectos de investigación que integren entre sus actores principales a científicos de profesión con el ciudadano común para la construcción colaborativa del conocimiento. Incluye actividades de investigación de ciencia básica o aplicada de alcance local o global.
La participación abierta en los proyectos de investigación promueve la apropiación social de la ciencia, ya que los ciudadanos se vuelven los actores principales de esta historia. Es importante tomar la ciencia como una actitud y tener la capacidad de maravillarse y generar preguntas con las cosas o situaciones que enfrentamos todos los días. Según el grado de participación, los roles que asume la ciudadanía varían desde la identificación de una pregunta de investigación, la recolección o el análisis de información, hasta la co-creación y ejecución conjunta de todas las etapas del estudio en conjunto con las y los investigadores profesionales.
Breve desarrollo histórico
Desde el avistaje de aves y el monitoreo de mamíferos y otras especies, pasando por la toma de muestras de suelos y la vigilancia de inundaciones; y hasta el hallazgo de nuevas estrellas o cuerpos celestes por astrónomos aficionados, la ciencia ciudadana fue creciendo con el aporte de entusiastas científicos amateurs que llevan varios siglos observando, organizándose en asociaciones y contribuyendo a estudios.
Existen registros de hace 2000 años en China donde las comunidades rurales intercambiaban conocimiento sobre las migraciones de las langostas, la gran plaga agrícola de esos tiempos. Otra experiencia que destaca en la historia es la iniciativa del ornitólogo estadounidense Frank Chapman: desde 1900 se realiza el Christmas Bird Count (conteo navideño de aves), donde cada año durante la época navideña, los voluntarios observan el cielo y cuentan las aves de acuerdo a su ubicación geográfica y rutas migratorias predeterminadas.
A finales del siglo XX, gracias a la masificación de las tecnologías de la información y la comunicación, la Universidad de Berkeley (California, EE.UU.) lanzó el proyecto SETI@home cuyo objetivo era encontrar señales de civilizaciones extraterrestres a través del procesamiento de observaciones radioastronómicas realizadas por diversos telescopios instalados en varias locaciones de nuestro planeta. En esta iniciativa distribuida los voluntarios de todo el mundo ponían a disposición sus computadoras personales para dotar al proyecto del poder de procesamiento necesario, al convertir esa red de computadoras personales en una supercomputadora al servicio de la iniciativa. Luego de 20 años de funcionamiento -y sin haber encontrado nada- el proyecto fue puesto en “hibernación”.
Importancia en la actualidad
El uso masivo de internet impulsó a la comunidad científica a abrir aún más el juego al involucrar a los ciudadanos en otros campos de la ciencia -como los estudios de la naturaleza y ambientales- en los que identificaron la necesidad de recolección de grandes cantidades de datos.
Muchas de estas iniciativas dieron origen a papers científicos en destacadas revistas; todas ayudaron a poner un problema en otra escala, otra perspectiva que permitió una mejor comprensión del mundo.
La ciencia ciudadana mejora la capacidad de producir conocimiento científico, reduciendo las brechas entre la ciencia y la sociedad. Apoya un modelo democrático de construcción colectiva de conocimiento, en el cual el público general participa desde el principio (en la identificación de los problemas de investigación, en el diseño de estudios, y en su realización) y gracias a lo cual el compromiso público está integrado durante todo el proceso de investigación científica. De esta manera, la ciencia ciudadana permite la colaboración abierta para el estudio de fenómenos, investigaciones y descubrimientos científicos.
En la sociedad civil hay muchas personas que tienen conocimiento que es relevante y que podría usarse para desarrollar preguntas de investigación. La participación pública en la investigación posibilita múltiples entrecruzamientos entre la ciencia y la sociedad civil que aumentan la relevancia de la investigación y su compromiso social.
Existen múltiples temas de abordaje científico (como problemas ambientales, de salud y agricultura, por ejemplo) que cuentan con comunidades de investigación dispuestas a comprometerse con la sociedad civil de una manera diferente y responsable.
La ciencia ciudadana además contribuye al despertar de vocaciones científicas tempranas, acercando la cultura científica y la curiosidad por la ciencia a la sociedad. Al mismo tiempo, colabora en la ampliación del imaginario social sobre el trabajo que realizan los científicos.
Más información:
https://www.argentina.gob.ar/ciencia/sact/ciencia-ciudadana/que-entendemos-por-ciencia-ciudadana
https://blogs.iadb.org/conocimiento-abierto/es/la-ciencia-ciudadana-promueve-conocimiento-abierto/